Nivel 4 - Ichingdao

La dimensión física es una dimensión de paso, como un puente por donde se cruza, por eso en él no se establece una vivienda permanente. La dimensión física la limita el tiempo y el espacio, las dimensiones sutiles son infinitas, fuera de tiempo y espacio. El propósito ulterior del Árbol de las Prácticas es la continuidad de conciencia más allá del plano físico.

Con las prácticas del Nivel 4, se va estableciendo una vía de trascendencia y continuidad de conciencia más allá del plano físico. El vehículo en la vía de trascendencia es la mente purificada y luminosa. El objetivo al que se orienta el vehículo de la mente es la experiencia de pura conciencia, nuestra verdadera naturaleza de Mente Original.

Todos los días, al dormir, nos abrirnos a la totalidad del Universo y de la mente. Todos los días nos abandonamos a lo desconocido con la mayor naturalidad del mundo. Todos los días cruzamos de la dimensión limitada por el tiempo y el espacio, a las dimensiones infinitas fuera de tiempo y espacio. Todos los días, a medida que nos vamos durmiendo, atravesamos por un espacio intermedio de conciencia de posibilidades infinitas.

El dormir es un estado de conciencia diferente al estar despierto. El soñar es un estado de conciencia diferente al dormir inconscientemente. En la frontera entre estar despierto y dormido hay un estado de conciencia intermedio en el que el tiempo y el espacio va cediendo paso a las dimensiones infinitas. En ese espacio, la intención opera con mayor eficacia que en la dimensión física. El primer nivel de las Yogas del Sueño entrena en utilizar la intención en el espacio intermedio de posibilidades infinitas

Durante los estados de vigilia la intención opera principalmente a través del cuerpo Yang, el cuerpo físico, pero a medida que nos vamos quedando dormidos la intención se sintoniza a los cuerpos Yin, los cuerpos sutiles. El primer nivel de las Yogas del Sueño tiene como objetivo principal aprender a utilizar la intención conscientemente, a través de los cuerpos Yin.

Las Yogas del Sueño dependen de una buena base de mente clara y espaciosa, junto con buen equilibrio emocional suministrado por las prácticas del tronco del Árbol.

Todas las noches cuando nos abrimos a la totalidad de la mente, tenemos una experiencia directa de Mente Original, el estado de la perfección que es nuestra verdadera naturaleza. Todo lo creado es una manifestación de Mente Original. Todo lo creado viene de un modelo de la perfección. Para sanar, hace falta una referencia del estado de perfecta salud. Mente Original es la referencia base en todo programa de sanar.

Una de las prácticas más antiguas de la humanidad es la de sanar desde el espacio intermedio, cuando soñamos. El operar la intención desde dimensiones fuera del tiempo y el espacio abre posibilidades infinitas de transformación.

El segundo nivel de las Yogas del Sueño entrena en utilizar la intención para sanar directamente, desde los cuerpos Yin, donde se manifiestan los desequilibrios antes de aparecer en el cuerpo físico. En el segundo nivel de las Yogas del Sueño se aprende a sanar directamente con Mente Original, como principio sanador universal.

Los sueños son una de las vías principales por las que el Guía Interno se comunica con el ego. Hay un tipo de ego que opera con la mente superficial, cuando estamos despiertos, ese ego opera con muchas creencias que limitan. Hay otro tipo de ego diferente, cuando soñamos, que es infinitamente más flexible y tolerante que el ego de la mente superficial. El ego de los sueños no cuestiona el contenido de los sueños, acepta la realidad de los sueños tal como es. El sueño puede ubicarse en la escuela de la infancia y cambiar a un tema totalmente diferente.

Las Yogas del Sueño dependen de la claridad mental y emocional generada por las prácticas del Nivel 1 y 2.

Los Seis Sonidos Curativos, si se hacen antes de dormir, en pocos meses eliminan los sueños de estrés generados por las experiencias del día. Se aclara el espacio mental de manera que los sueños en los que el Guía Interno comunica algo importante se recuerdan con mayor claridad.

Todo tiempo que se invierte en las Yogas del Sueño es tiempo invertido en abrir una vía de trascendencia entre la dimensión física y las dimensiones sutiles. El investigar los sueños revela el contenido y estructura del inconsciente. El camino de realizar destino es un camino de expansión de conciencia.

Cada día al dormir por la noche o en una siesta dinámica de práctica, se experimentan las seis etapas de disolución de los elementos de la mente individual. Para cruzar dimensiones al dormir, el canal central tiene que aumentar su frecuencia vibratoria por encima de los límites que opera cuando se está despierto. El movimiento ascendente en el canal central desconecta los elementos de la mente individual uno por uno, a partir del perineo hasta más allá de la coronilla. Cada uno de los elementos de la mente individual al desconectarse genera una serie de efectos que se pueden experimentar conscientemente, si hay suficiente claridad y espacio mental. Familiarizarse con la manera en que uno experimenta la disolución de los elementos, es la primera señal de cruce de dimensiones al dormir o fallecer.

Cada día, al dormir, tenemos una experiencia directa de Mente Original. Para la mayoría de las personas esa experiencia no se registra conscientemente, por falta de claridad y espacio mental disponible. El practicante que va abriendo y ensanchando una vía de trascendencia, se entrena en reconocer las etapas de disolución de los elementos con el fin de fundirse en la experiencia de Mente Original en que culmina. Todo esto se hace posible gracias al grado de claridad y espacio mental disponibles con las prácticas del Nivel 1 y 2 del tronco del Árbol.

Al comienzo de las prácticas, Mente Original es sólo un concepto abstracto. A medida que se profundiza en el camino de realizar destino, el practicante se va familiarizando con la experiencia directa de Mente Original. En los grandes sistemas de desarrollo en que Mente Original es el objetivo ulterior de todo lo que se hace, a veces, el maestro facilita la trasmisión de experiencia de Mente Original.

La experiencia de Mente Original es como hacerse consciente de algo que siempre ha estado a la vista, pero nunca se le ha dado atención. Una vez que el practicante reconoce la experiencia de Mente Original, descubre que está en la esencia de todo lo que se experimenta, ya sea positivo, negativo o neutro. Mente Original es la experiencia unificante por excelencia, o medicina universal, que sana la mente de separación y descontento. Hay dos realidades con que operamos, la realidad de cómo algo luce en su apariencia, y la realidad de cómo algo realmente es, en su esencia. Mente Original es la esencia de todo lo creado.

El peregrinar no es un viaje turístico visitando lugares bonitos, el peregrinar es la práctica en que se genera el modelo de muerte y trascendencia. El peregrinaje no comienza cuando se sale de casa, el peregrinaje comienza en la mente, desde el instante en que surge la idea. El peregrino genera el modelo de separarse del ambiente habitual, terminando todo lo que tenía pendiente y se orienta hacia una meta divina que representa la Mente Original. Antes de salir de casa, el peregrino hace las prácticas de incluir y aceptar la muerte, en caso de morir por el camino. Deja atrás la personalidad e historia personal al adoptar un nombre de poder y dejar de hablar e identificarse con su pasado e historia personal.

El peregrino regula todo lo que hace con una serie de votos que generan presión psíquica y saca a la luz los factores inconscientes. Por el camino, el peregrino pone a prueba todo lo que ha aprendido transformando sus experiencias en sabiduría. Día tras día, el peregrino persevera en la dirección de Mente Original, no importan los obstáculos y resistencia a los cambios.

El peregrino que realmente peregrina no regresa a casa, quien regresa es un nuevo ser purificado, transformado por el fuego de la experiencia divina. La Práctica de Peregrinaje es una de las prácticas más complejas en el Árbol de las Prácticas.

Vivir poderosamente se logra en relación con la muerte. Si se investiga, la muerte es una experiencia que purifica y aclara prioridades. La muerte purifica al revelar con claridad lo que realmente es importante en la vida.

El entrenamiento para la muerte y trascendencia comienza durante la vida, cuando uno es capaz de influenciar el destino personal. En las partes del mundo donde se asume que solamente somos el cuerpo físico y cuando morimos todo se acaba, el hablar de la muerte es uno de los tabús más fuertes que existen. Cuando se rechaza la muerte se rechaza la vida, al vivir con temor al final, que es imposible de evitar. El miedo a la muerte se basa en ignorancia a lo desconocido. El familiarizarse con la naturaleza de la muerte es familiarizarse con la naturaleza de la mente, las dimensiones sutiles, y la continuidad de pura conciencia.

El practicante comienza el entrenamiento en la continuidad de conciencia desde la primera práctica en el Nivel 1. Con la Sonrisa Interior Suavizante, el practicante comienza a descubrir que las diferentes partes del cuerpo que va sintiendo, las experimenta desde una conciencia que no cambia, no importa lo que experimente. Cuando hace los Sonidos Curativos, el practicante descubre que no importa la variedad de experiencias en cada uno de los órganos, hay una conciencia que no cambia y no es afectada por las emociones y sensaciones que experimenta. Más adelante, cuando purifica el espacio mental con mantra, se familiariza aún más con la pura conciencia, que no se identifica con las experiencias que tiene y se mantiene como testigo imparcial de todo. Cuando el practicante desarrolla más sensibilidad e investiga la naturaleza de la pura conciencia, se hace consciente que es infinito bienestar, gozo y puro amor.

Las Prácticas de Muerte y Transcendencia se basan en la experiencia de continuidad de conciencia cuya esencia es Mente Original. En este nivel el practicante se familiariza con las etapas de la muerte y cómo guiar la conciencia de los que fallecen a la experiencia de Mente Original. El asistir a alguien en el día más importante de la vida, es el gesto altruista más elevado que se puede hacer