LAS CUATRO ERAS Y LOS ESTADOS DE CONCIENCIA

26/12/2021

Para llevar a cabo un programa vigoroso de autodesarrollo, disminuir los conflictos internos, sanar los desequilibrios y no tener expectativas irreales, es esencial tener en cuenta la era en que vivimos.

Las culturas que han perdurado durante milenios, observaron que la sociedad humana pasa por cuatro fases distintas de claridad y estados de conciencia. Esto se debe en gran parte a la inclinación del canal central de la Tierra.

CANAL CENTRAL Y MENTE INDIVIDUAL

En la naturaleza, cuando se juntan un número crítico de factores, se genera una energía cohesiva que establece un eje central. Este proceso se observa en astrofísica con la formación de nuevas estrellas, o cuando un grupo de diferentes personas llegan para asistir a un concierto, y una vez que comienza el programa, se va formando la conciencia de grupo. El planeta Tierra es una agrupación de numerosos factores y como tal, tiene un canal central de conciencia propia.

El canal central en la anatomía esotérica de las prácticas es el canal de la mente individual. Donde hay un canal central hay una conciencia individual. El canal central es vibratorio. El canal central de la Tierra genera una vibración que resuena el canal central de todos los seres de la Tierra, ya sean animales, plantas o seres humanos.

La Creación es una, por lo tanto todo está conectado entre sí, todo depende del resto de la creación y todo tiene influencia y es influenciado por los demás. El canal central se relaciona con el universo a través de las polaridades Yin y Yang.

La Tierra tiene tres diferentes rotaciones: una determina el ciclo de 24 horas, del día y la noche. Una segunda rotación toma lugar alrededor del sol que determina el ciclo del año. Una tercera rotación más lenta, de unos 25.000 años toma lugar con el canal central de la Tierra, es lo que se llama el ciclo de precesión.

En el ciclo de precesión, el canal central de la Tierra va cambiando la dirección hacia la que apunta en el espacio. Las diferentes áreas del universo a las que apunta el canal central de la Tierra, afectan la vibración y el estado de conciencia de todos los seres en la Tierra. Todas las grandes culturas milenarias que experimentaron varios ciclos completos de precesión, notaron los profundos cambios generados en la sociedad humana. Los sabios de culturas como la India, Egipto, Babilonia, China e indígenas de las Américas de Norte a Sur, notaron cuatro fases o eras distintas en el ciclo de precesión.

 

LAS CUATRO ERAS DE CONCIENCIA

Las cuatro eras de conciencia tienen que ver con la inclinación del canal central de la Tierra y su orientación en el espacio.

 

PRIMERA ERA: LA ERA DORADA

La primera era en el ciclo de precesión es la Era Dorada. Durante la Era Dorada la claridad de conciencia humana opera a casi un 100% de claridad. En este periodo está absolutamente claro que la vida tiene un elevado propósito. La sociedad humana se estructura con el desarrollo espiritual como lo más importante en la vida. Durante la Era Dorada, el principio femenino de transformación se reconoce como el medio principal con el que se logra el propósito de vida. En esta era, la Gran Diosa ocupa el centro de la vida espiritual.

La Era Dorada es el período en el que se desarrollaron y refinaron las prácticas de superación que conocemos  como las yogas, sus filosofías, técnicas y textos sagrados. Las prácticas de superación están estructuradas con la meditación como método principal de autodesarrollo. El grado de claridad mental en la Era Dorada permite que la meditación se lleve a cabo por largos periodos de tiempo.

La claridad y estabilidad mental durante la Era Dorada hacen que el proceso de los cambios tome lugar lentamente. La velocidad de los cambios lo determina el grado de desequilibrio de un sistema. Cuanto más desequilibrado un organismo, más acelerado el proceso de los cambios. Los desequilibrios comienzan a nivel mental y se manifiestan a nivel físico como enfermedades. En la Era Dorada, la enfermedad es prácticamente desconocida y la sociedad humana está libre de conflictos y guerras.

La Era Dorada dura unos 3.500 años y gradualmente, a medida que el eje terrestre cambia de orientación, la segunda era comienza.

 

SEGUNDA ERA: LA DE LAS CEREMONIAS 

La segunda era comienza a medida que el grado de claridad mental disminuye un 25% menos que en la Era Dorada. El grado de oscuridad mental es el comienzo del inconsciente y la mente de separación. La segunda era es la Era de Plata.

En la Era de Plata, a pesar del grado de inconsciencia que aumenta, todavía se reconoce que la vida tiene un propósito espiritual y que fomentar ese propósito es lo más importante en la vida. Cada era, de acuerdo a su grado de claridad, tiene una manera particular de pensar y hacer las cosas. En la Era de Plata, lo que tiene sentido para lograr el desarrollo espiritual es hacer ceremonias.

El hacer ceremonias está basado en el principio de acción y reacción. Mientras más potente la acción, más poderosa la reacción. El 25% de inconsciencia que caracteriza a la Era de Plata se manifiesta como la mente de separación. El individuo se siente separado de la naturaleza e ignorante de los misterios de la creación.

En la Era de Plata, el principio femenino de transformación sigue ocupando el sitio de honor, pero ahora aparece una casta de sacerdotisas encargadas de todo el programa ceremonial. Las especialistas son las que saben cuándo y cómo se lleva a cabo las ceremonias. A medida que la era progresa, las ceremonias se hacen más complejas y costosas, hasta el punto, que fuera de las sacerdotisas especializadas, nadie sabe cómo llevar a cabo los rituales ceremoniales. Se va desarrollando una élite espiritual, que sabe cómo comunicar con el universo de los dioses, y una mayoría que ignora cómo llevarlos a cabo.

El grado de inconsciencia en la Era de Plata, acelera el proceso de los cambios y comienzan a aparecer pequeñas enfermedades, desequilibrios y conflictos. La Era de Plata dura unos 3.500 años, y a medida que el eje terrestre cambia de orientación, comienza la tercera era.

 

TERCERA ERA: LA ERA DE SACRIFICIOS

La tercera era es la Era de Bronce, en la que gradualmente se va oscureciendo la conciencia un 25% más. En la Era de Bronce, la humanidad opera con tan sólo un 50% de claridad. La mente opera con un 50% de inconsciencia. La ignorancia de cómo vivir va ganando terreno, al igual que los conflictos internos y externos.

Con una mente que está 50% inconsciente, lo que tiene sentido en la Era de Bronce es potenciar las ceremonias con sacrificios de “cosas valiosas”. Al principio, los sacrificios son de bienes materiales, como frutos, plantas y minerales difíciles de obtener. A medida que el grado de inconsciencia aumenta, los sacrificios pasan a ser de animales, y finalmente de humanos.

El proceso de los cambios se acelera en la Era de Bronce debido a la inestabilidad de la mente y la baja calidad de decisiones que se hacen. El ser humano opera con un alto grado de ignorancia. El principio femenino de su exaltada posición en la Era Dorada, comienza a caer, al ser percibido como frágil y con necesidad de protección. Esto se debe a que en la Era de Bronce, por el grado de intensidad de la mente de separación, comienzan las guerras de larga duración. Aparece una casta de hombres guerreros que protegen a la sociedad y muy especialmente a la mujer. La Era de Bronce es la era de los caballeros guerreros que luchan por defender al principio femenino.

El aumento de los conflictos violentos hace que la casta de guerreros ocupe la cima de la sociedad, destronando a  las sacerdotisas, que pasan a un plano inferior. A medida que la sociedad se hace más conflictiva y violenta, las ceremonias para lograr la victoria toman la forma de sacrificios de seres humanos, capturados en las guerras y ofrecidos a los dioses de la guerra. El concepto de lo divino degenera con la aparición de dioses que hay que aplacar con ofrendas de sangre.

Durante la tercera era, la aceleración de los cambios y la inestabilidad de las estructuras sociales, generan una mente cada vez más inestable y confusa. Con el aumento de conflictos aumenta la intensidad y seriedad de los desequilibrios y enfermedades. En la tercera era aparecen los especialistas médicos, que al igual que las sacerdotisas de la Era de Plata, saben qué hacer con el extenso repertorio de enfermedades que aflige al ser humano. La profesión médica se va haciendo más y más compleja y especializada.

La aceleración de los cambios hace más difícil el administrar la sociedad humana. El poder absoluto se concentra en manos de reyes que rigen de acuerdo a leyes estrictas. Las leyes son necesarias cuando los valores sociales no están claros o ni se aplican.

Hacia el final de la tercera era, el propósito de la vida se oscurece y la confusión da paso a la cuarta era, la “Era de Hierro” y de las guerras continuas.

 

LA CUARTA ERA: LA ERA DE CONFUSIÓN E INTENSOS CONFLICTOS

La cuarta era es la Era de Hierro, el metal más valioso para la guerra. A medida que se desplaza el eje terrestre con el ciclo de precesión, se oscurece un 25% más de claridad mental, y los seres humanos operan a un máximo de 25% de claridad. La inconsciencia es el estado que predomina en la sociedad. Se olvida que la vida tiene un propósito, se olvida el porqué estamos aquí, se olvida quiénes somos y se olvida la verdadera naturaleza de todos los seres. La mente de separación es el estado mental más común del ser humano en la cuarta era.

El proceso de los cambios se acelera aumentando la seriedad e intensidad de las enfermedades y los conflictos. Con el razonamiento y la lógica de la Era de Hierro, tiene sentido el invertir la mayor parte de los recursos en guerras y nuevos armamentos progresivamente más letales. Los medios de comunicación, en vez de asistir a superar el grado de ignorancia e inconsciencia, se utilizan para promocionar los conflictos y apoyar las guerras.

La Era Dorada es la era de los practicantes/yoguis, la Era de Plata la de las sacerdotisas, la Era de Bronce la de los caballeros guerreros y la Era de Hierro la de los comerciantes sin escrúpulos. En la Era de Hierro, los comerciantes enriquecidos ocupan la cima de la sociedad, por encima de los militares y dirigentes políticos. En la Era de Hierro, los militares están subordinados a los políticos, y los políticos a los intereses de los grandes comerciantes. Los dirigentes en la cuarta era son intermediarios de las grandes empresas, encargados de conectar el dinero público con los proyectos patrocinados por los comerciantes.

En la Era de Hierro, todo tiene un precio, todo se compra y todo se vende. Los valores éticos y morales ceden el paso a las ganancias materiales. En la Era de Hierro, la riqueza material reemplaza al desarrollo espiritual, como el principal propósito de vida. Curiosamente, por el grado de egoísmo que predomina en la cuarta era, la mayor parte de la humanidad vive en pobreza añorando lograr la cima de la montaña económica. Con el grado de inconsciencia que predomina, se ridiculiza todo lo que tiene que ver con el desarrollo del espíritu, dándole énfasis a la comodidad y la acumulación de riqueza y objetos materiales.

Mientras más inestable y desequilibrada la mente, más inquieta y descontenta. En la Era de Hierro, la mente inestable toma la forma de constante búsqueda de entretenimiento, distracción y estar ocupado con algo. El entretenimiento con temas violentos y crueles predomina en la Era de Hierro. Desde la infancia, a los niños se les entrenan en la violencia con juguetes de armas para agredir a otros.

En la Era de Hierro, el principio femenino cae a su punto más bajo. La mujer se destrona de la posición exaltada de representante del principio de transformación, para convertirse en un objeto sexual. Con la caída del principio femenino la Tierra se percibe como fuente de recursos y medio de explotación. La Naturaleza cesa de ser contactada como sagrada y expresión máxima de la vida. Los recursos de vida como el agua, la tierra y el aire se contaminan por el indiscriminado uso de tecnología para generar riquezas. El razonamiento de la cuarta era se basa en el egoísmo y el beneficio privado, a corto plazo.

En la Cuarta Era, la mayoría de la humanidad vive inconsciente de que hay un propósito elevado de vida, más allá de la supervivencia. La vida es una constante lucha contra otros y contra las enfermedades.

En la cuarta era, la espiritualidad de las eras anteriores da paso a la aparición de las religiones, como complemento de la estructura política y económica. Con el destrono del principio femenino de transformación y la aparición de religiones autoritarias y patriarcales, aparece el concepto de ser los elegido de dios, que ahora es masculino, y justifica guerras santas en su nombre.

Hay una relación directa entre una era y el tamaño de la población humana. En la Era Dorada, la población es muy pequeña y apenas deja huellas en el ambiente. En la Era de Plata y Bronce, la población aumenta y hacia la Era de Hierro, la población humana domina el planeta, destruyendo el ambiente por su desbordado crecimiento.

En la Era de Hierro, la sociedad humana opera caóticamente con tal grado de violencia y destrucción que los dirigentes en posiciones de poder crean sistemas totalitarios de absoluto control, basados en el miedo. A un cierto punto de la Era de Hierro, se busca imponer un gobierno mundial como medio radical de poner fin a las continuas guerras y destrucción planetaria. Para el razonamiento de la cuarta era tiene sentido traer orden al mundo, reduciendo drásticamente la población mundial de hambrientos, desesperados y violentos, por todos los medios posibles.

Con el paso de las eras la estructura de la mente se debilita y se hace más frágil. Aumenta la enfermedad mental como resultado de una falta de claridad y confusión, al no saber cuáles son las prioridades de la vida. El estado de conciencia en la Era de Hierro es de total confusión, carencia de valores éticos, intenso egoísmo, violencia hacia uno mismo y hacia los demás, alto estrés, problemas mentales y elevadísimo índice de suicidio. ¡En la Era de Hierro, hasta niños de seis años se suicidan!

 

AUTODESARROLLO EN LA ERA DE HIERRO

En la Era de Hierro, la reducida minoría que aún se esfuerza con programas de autodesarrollo tiene poco tiempo para dedicarle a las prácticas. La mente agitada y siempre al borde de la supervivencia de la Cuarta Era no permite la meditación durante mucho tiempo. Meditar una hora o dos es algo extraordinario en la Era de Hierro. El hacer ceremonias y sacrificios no tiene sentido para la mente de la cuarta era. Las prácticas que atraen en este periodo son las prácticas vibratorias, como mantras, que funcionan en cualquier lugar y estado mental. Además de los mantras, las otras prácticas vibratorias que atraen en la cuarta era son prácticas con luz, aromaterapias y la transmisión de frecuencias energéticas. En la cuarta era, las prácticas tienen que funcionar rápidamente y rendir beneficios con un mínimo de esfuerzo.

El aspecto positivo de la Era de Hierro es que el cambio es tan intenso que ninguna estructura dura mucho. Los poderes económicos y políticos que parecen omnipotentes, se fragmentan desde dentro, caen rápidamente y desaparecen. Los practicantes que se esfuerzan en la cuarta era obtienen resultados con un mínimo de esfuerzo.

En la Era de Hierro en que estamos, todo programa de autodesarrollo, mantenimiento de salud y de sanar tiene que tomar en cuenta la era en que vivimos. Para no desesperarse y unirse a las filas de los enfadados, hay que tomar en cuenta el tremendo grado de ignorancia y confusión que reside en todo lo que hacemos. Hay que tener en cuenta que la mente está principalmente oscurecida y que lo que aparenta tener sentido está filtrado por incontables factores de ignorancia. Para poder operar y desarrollarse con una mente tranquila hay que tener muy claro que en esta era no sabemos cómo vivir.

 

EL GUÍA INTERNO

Tomando en cuenta la era en que vivimos, hay que ser capaz de fluir con los cambios y trabajar con cualquier situación tal como es. En la era en que estamos hay que hacer esfuerzo en descubrir que existe una conciencia superior al ego confuso e ignorante. En la Era de Hierro la creencia que predomina es, “yo soy el ego. Yo soy el cuerpo físico”.

El programa completo de autodesarrollo lo administra el Guía Interno, quien suministra todas las situaciones necesarias para lograrlo. Esto quiere decir, que aunque el ego no entienda el porqué de una situación, eso no quiere decir que sea innecesaria. Todas las situaciones que experimentamos son necesarias para nuestro desarrollo.

En los textos sagrados de la India que describen con gran detalle las condiciones de cada una de las cuatro eras; se menciona que la Era de Hierro es la mejor era para desarrollo acelerado y capacidad de logro. La tremenda resistencia a los cambios positivos y el grado de ignorancia de esta era, permite desarrollar una personalidad y capacidad de logro como no es posible en eras más estables y conscientes de vivir. Quien logra desarrollar el corazón altruista en esta era, es capaz de asistir a incontables seres a superar el dolor y el sufrimiento.

El practicante que persevera en la Era de Hierro logra administrar el tiempo y el espacio. Cuando se sienta a practicar y calma la mente con mantras, y enfoca la intención, su claridad mental y pureza de espíritu lo sintonizan a la Era de Plata o de Oro. Las eras no son factores externos, son estados de conciencia que aprendemos a controlar. Las cuatro eras se experimentan en el espacio mental, el mismo espacio donde todo es posible.

La Era de Hierro, gradualmente, toca a su fin con el colapso del orden social, económico y político. El caos de los años finales de la cuarta era cede el paso a una nueva Era de Bronce, Plata y Dorada. Un nuevo ciclo de conciencia se inaugura, tal vez, con seres humanos como protagonistas principales, u otros seres con mayor capacidad de ser guardianes de la vida.

Recursos Bibliográficos:

  • Frawley, David: Gods, Sages and Kings. Vedic Secrets of Ancient Civilization. 1991
  • Knapp, Stephen: The Vedic Prophecies: A New Look Into the Future. 1997
  • Knapp, Stephen: The Secret Teachings of the Vedas. 1993
  • Selbie, Joseph & Steinmetz, David: The Yugas. Keys to Understanding Our Hidden Past, Emerging Energy Age, and Enlightened Future. 2010
  • Yukteswar, Sri; The Holy Science. 1992