LAS PRÁCTICAS DE SEXUALIDAD TAOISTA

25/12/2021

La sexualidad, algo natural y necesario para la continuidad de la vida, ocupan un lugar privilegiado en las enseñanzas de cómo vivir.

Las técnicas de sexualidad taoístas son unas de las prácticas que más interés han despertado en el mundo occidental desde que el maestro Mantak Chia comenzó a revelar sus detalles al comienzo de los años 80. Con antelación, las prácticas de la India conocidas como “Tantra”, habían hecho su aparición, distorsionadas en el periodo colonial británico en la India, como prácticas de sexualidad.

Gracias a milenios de extensa programación proveniente de las tres religiones surgidas del Medio Oriente, la sexualidad en el mundo occidental se ha considerado como un tema tabú, sucio, que hay que ocultar y suprimir y del que no se enseña absolutamente nada en el programa educativo. Es sumamente curioso que todo lo que está relacionado con el acto más milagroso, que es la creación de un ser humano y la energía del amor, se considere algo vergonzoso y asociado con suciedad. Energéticamente, cuando algo se suprime se potencia al darle energía con el continuo rechazo. Es como empujar constantemente una pelota llena de aire bajo el agua. Para mantener la pelota bajo el agua hay que darle constantemente energía porque lo único que la pelota busca es salir a flote. Hay una enorme acumulación de sexualidad reprimida en el mundo occidental que se manifiesta como una gigantesca industria pornográfica, percibir a la mujer como un objeto sexual, violencia sexual y crimen. Cuando no se sabe cómo vivir, no se sabe qué hacer con la sexualidad, ni cómo tratar al planeta en que vivimos,  y mucho menos a la mujer, encargada de traer vida al mundo.

En las culturas de Asia, la sexualidad se ha tratado como algo natural y necesario para la continuidad de la vida. Todo lo relacionado con el amor, la sexualidad y el milagro de los milagros que es el crear a un ser humano, ha ocupado un lugar privilegiado en las enseñanzas de cómo vivir.

Las prácticas de sexualidad taoístas, al llegar al occidente, se han percibido a través del filtro de la sexualidad distorsionada occidental. El cúmulo de factores inconscientes suprimidos, primero se proyectaron a las prácticas de la India y seguidamente a las de China, finalmente apareciendo como “Tao-Tantra”. La sexualidad reprimida busca salir a la luz bajo un marco espiritual que le otorgue el lugar de honor que le pertenece. El problema es que en el mundo occidental al mezclarse religión con espiritualidad y rechazar la religión, se ha dado la espalda al desarrollo espiritual a favor del desarrollo tecnológico-industrial, como si de nueva religión se tratase. Esa tipo de mentalidad, al encontrar las práctica taoístas de sexualidad, las ha contactado como “técnicas” mecánicas divorciadas del amor, de la intimidad y la creación de otro ser humano, limitándolas a proezas para llegar a multiorgasmos, placer sexual indefinido y pubertad que no termina.

 

EL LUGAR Y PROPÓSITO DE LAS PRÁCTICAS DE SEXUALIDAD TAOISTA

Las prácticas taoístas, incluyendo las de sexualidad, tienen como propósito exclusivo el desarrollo completo del potencial espiritual de la persona. Las prácticas se basan en tener muy claro que la vida tiene el elevadísimo propósito de desarrollar el potencial de conciencia del individuo. En el mundo moderno, dominado por el mundo material, se crea la personalidad individual acumulando riquezas en exceso, haciéndose famoso, o a nivel más limitado vistiéndose de una manera llamativa o luciendo un peinado original. En el mundo tradicional asiático, la individualidad se ha establecido logrando la iluminación, transformándose en un Buda que enseña a la humanidad el camino de cómo vivir. 

El camino hacia la iluminación es el camino de desplegar el completo potencial de la mente. Para logarlo se han establecido prácticas y disciplinas que transforman la mente caótica en mente estructurada, y seguidamente, en mente iluminada. En las prácticas taoísta esa progresión se conoce como la apertura de las “tres calderas”. El Árbol de las Prácticas del Tao es el cúmulo de prácticas para abrir las tres calderas. La materia prima para semejante camino evolutivo es la Esencia Jing, transmitida por la familia.

 

LA ESENCIA JING

La Esencia Jing es el fuego de vida recibido a través de los padres. La Esencia Jing tiene dos direcciones para fluir: la ordinaria, descendente, que sale al mundo para crear un ser humano, o se pierde si no hay concepción, a través de la eyaculación en el hombre y la menstruación en la mujer. La segunda dirección de la Esencia Jing es ascendente, abriendo las tres calderas. El cúmulo de disciplinas en el Árbol de las Prácticas taoístas es para darle dirección ascendente a la Esencia Jing, iniciar la alquimia de transformación de la Esencia Jing en fuerza vital, Qi, en la primera caldera; de pura vitalidad Qi en potencial espiritual o Shen, en la segunda caldera del corazón y, la iluminación con la experiencia total de Mente Original, en la tercera caldera.

Las prácticas de sexualidad taoístas son parte del Árbol de las Prácticas, cuya misión es asistir para dar dirección ascendente al 100% a la Esencia Jing. En las prácticas de la India, incluyendo Tantra, el dar dirección ascendente al 100% a la Esencia Jing se conoce como abrir el “Kundalini Shakti.” En Tantra, al igual que en el Tao, las prácticas de sexualidad no tienen como meta el experimentar multiorgasmos, hacer el amor con muchas parejas, aumentar placer haciendo el amor o mantenerse sexualmente potente.

 

LA ESENCIA JING Y LA FAMILIA

La Esencia Jing se recibe de los padres. Un importantísimo aspecto de las prácticas de sexualidad taoísta es la calidad de relación emocional con los padres. Cuando no se sabe cómo vivir estamos inconscientes, operando con un mínimo de conciencia para lograr la supervivencia, y poco más. En las culturas que enseñan de partida que la vida tiene propósito y encaminan a la persona desde la infancia, una característica es que a los padres se les tratan con el mismo nivel de respeto que a los dioses. ¡Para la India, Tíbet, China y otros países de Asia Central, es inconcebible odiar a los padres, romper la relación con ellos, o como ya está ocurriendo en los países “desarrollados” occidentales, “demandar legalmente a los padres por traerlo al mundo!”.

La relación con los padres y el resto de la familia es la relación con la Esencia Jing. Además, nuestra madre es el modelo inconsciente que hemos aprendido de la energía femenina-Yin y papá es el modelo inconsciente que tenemos de la polaridad masculina Yang. La manera en la que nos relacionamos con las mujeres y hombres del mundo tiene que ver con nuestro modelo de relación con mamá y papá. En las prácticas internas del Tao, nuestra relación con Yin y Yang la condiciona nuestra relación con los padres. Papá y mamá son también nuestros primeros dos maestros, con los que establecemos el modelo de relacionarnos con personas en posición de autoridad. Como si eso no fuera suficiente, la manera en que nuestros padres se relacionaron entre ellos constituye nuestro modelo inconsciente de cómo uno se relaciona con otros, en el plano de la amistad o de las relaciones íntimas. El catálogo completo de prácticas, en el Árbol de Prácticas del Tao, opera gracias a las diferentes maneras de relacionar y armonizar Yin y Yang.

 

TRABAJO EMOCIONAL PARA RECICLAR LA ENERGÍA SEXUAL

El reciclaje de la energía sexual requiere un trabajo extenso y profundo con las emociones y las relaciones, comenzando con la relación con uno mismo, y extendiéndose a la relación con otras personas, comenzando con los padres. Las prácticas con la energía sexual no son prácticas aisladas por si solas. En el universo nada existe por su cuenta, aislado del resto de la Creación.

La energía sexual es la energía más potente y concentrada que tenemos. Solo una energía concentrada puede crear a otro ser humano. Cuando se recicla la energía sexual dándole una dirección ascendente, esa energía concentrada multiplica el poder de todo lo que contacta; en el cerebro fortalece el sistema nervioso; en los músculos aumenta su poder y en los órganos vitales multiplica las emociones que se manifiestan por esos órganos. Un poco de frustración en el hígado, cuando la energía sexual entra en él, multiplica frustración hacia el nivel de cólera o agresividad. Un poco de tristeza en los pulmones, cuando la energía sexual entra en ellos se manifiesta como depresión o pesimismo. Un poco de rencor en el corazón, cuando la energía sexual entra se manifiesta como odio y crueldad. Hay una tremenda responsabilidad con la que se tiene que trabajar la energía sexual. Si la persona es ignorante del contexto emocional y mental que condiciona la energía sexual el resultado es lo que vemos en las relaciones humanas presentes. El elevado grado de violencia que entorna todo lo relacionado con la sexualidad es un reflejo de cómo está la relación con uno mismo, la familia y la vida.

Las prácticas con la energía sexual taoísta están orientadas al desarrollo completo de la personalidad. El aprecio a la vida y respecto a todas las infinitas maneras en que se manifiesta es intrínseco a cómo saber vivir. Adentrarse por el camino del Árbol de las Prácticas es recorrer un camino que se ensancha hasta llegar a la totalidad, que no tiene límites. Los ancestros de las prácticas han establecido el camino, millones de practicantes lo han ensanchado y si ha llegado a nuestras vidas, tenemos la gran responsabilidad de llevarlo a nuevos niveles de eficacia y excelencia, integrándolo adecuadamente en el mundo moderno que hemos heredado.