Para que una infección que afecta al sistema respiratorio se pueda desarrollar, tiene que haber un estado prolongado de acidez en la sangre.
El estado de acidez puede haber comenzado con días de antelación, antes de que se manifiesten síntomas evidentes como frialdad, tos, nariz tupida, estornudos o fiebre.
Una manera muy simple de detectar que hay un estado de acidez duradero, es prestando atención a la fosa nasal con la que estamos respirando.
De acuerdo con nuestro nivel de vitalidad, la reserva de Esencia Jing y el estado de conciencia, la respiración alterna entre la fosa nasal derecha e izquierda, entre una hora y media a dos horas, a veces un poco más.
Cuando se respira por la fosa derecha, que conecta con el nadi Yang derecho, se activa el hemisferio izquierdo que también es Yang, en la mayoría de las personas.
Mientras más dure la respiración por la fosa nasal derecha más se acidifica la sangre y más activo o agitado está el hemisferio izquierdo del cerebro.
El cuerpo saludable por sí solo, cuando llega a un grado de acidez, cambia la respiración a la fosa izquierda que conecta con el nadi izquierdo Yin y comienza a alcalinizar la sangre. De no hacer ese cambio, el estado de acidez continuaría poniendo en riesgo la salud de las células. Nuestras células no pueden mantenerse vivas por mucho tiempo en una sangre que está ácida o demasiado alcalina.
Hay ciertas personas en las que los nadis operan a la inversa, y el nadi izquierdo es Yang y el derecho es Yin. Hay muchas razones para esto que varían entre tener el sistema en inversión psíquica, a estar operando de una forma estable desde la segunda caldera.
Lo importante en tiempos de infección respiratoria es que, como medida preventiva, se revise la fosa nasal por la que se está respirando cada 2 o 3 horas. Esto se hace, aunque no haya síntomas de problemas respiratorios, para estar al tanto del instante justo en el que el organismo comienza a estar vulnerable a infecciones.
Si se nota el primer síntoma de que algo no está bien con respecto a nuestra salud, inmediatamente hay que comenzar a observar cada 2 o 3 horas la fosal nasal por la que estamos respirando. Si se constata que después de revisar tres veces, pasadas tres horas o más, seguimos respirando por la misma fosa nasal, para la mayoría de las personas puede que sea la fosa derecha, esto indica que la sangre se está acidificando y estamos en riesgo de que se esté desarrollando una infección respiratoria.
Claro está que el revisar cada 2-3 horas no se va a hacer con la mente de miedo, paranoia o pánico de que estamos contagiados con algo. Los desequilibrios comienzan en la mente y con el tiempo se manifiestan en el cuerpo físico, por lo tanto, la manera en que utilizamos nuestro poder mental es la primera línea del sistema inmunitario.
Si se establece con certeza que la respiración está trabada por un nadi y fosa nasal por más de 3 horas, hay varias maneras de cambiar la respiración a la fosa nasal opuesta, y así detener el proceso infeccioso:
Opción 1:
Si el proceso de estancamiento respiratorio es todavía superficial, se puede cambiar haciendo la Secuencia Base dando énfasis en equilibrar los nadis por un largo rato.
Se puede utilizar la numerología basada en 3 para hacer 9, 12 o más inspiraciones por un nadi y espiraciones por el otro. Después se sigue a la inversa, igual número de veces y como siempre, se estabiliza el equilibrio logrado en el mismo canal central.
Todo esto se puede hacer con el mantra VAM en el nadi izquierdo, y RAM en el derecho, o con SO de Mente Original en el izquierdo y HAM, de ser Mente Original, por el derecho.
También se pueden agregar los colores de los nadis, con el Azul en el izquierdo, y Rojo en el derecho.
Se hace esta secuencia por 15 minutos o más. Primero, se libera el obstáculo de una fosa atascada, después se abre el potencial respiratorio por esa fosa que ha estado atascada, y seguidamente, se estabiliza para que se restablezca el equilibrio que se había perdido. Esto lleva un rato largo.
Si el proceso infeccioso es superficial, el cambio de fosa nasal toma lugar relativamente rápido, y puede que se mantenga, aunque hay que seguir comprobando cada dos horas que el alternar de una fosa nasal a la otra se ha restablecido.
Si con la Opción 1 no se logra cambiar la respiración de una fosa a la otra, entonces se pasa a la Opción 2.
Opción 2:
Si la fosa nasal izquierda Yin está tupida y no se respira por ella, el Yang está en aumento al respirar por la fosa derecha.
Para contrarrestar el Yang hay que aumentar el Yin, por lo tanto, se agrega temperatura a los nadis. Se agrega Azul y la sensación de agua fresca cuando se sube por el nadi izquierdo Yin, y cuando se baja por el derecho. Esto es para aumentar el Yin y el elemento Agua que refresca el exceso de fuego Yang, que provoca la respiración atascada por el nadi derecho.
Se complementan el Azul y el agua con el mantra VAM por ambos nadis.
Se hace esta secuencia un largo rato con una numerología basada en 3, por 12, 18 o más inspiraciones y espiraciones por los nadis.
Cuando se haga la inspiración a la inversa, por la fosa izquierda, si sigue tupida, se sube por el nadi con la intención y el oxígeno que se pueda inspirar.
En caso de que sea la fosa derecha, la que está tupida y se está respirando por la fosa izquierda, se hace todo a la inversa. El Yin está en aumento, que también altera el equilibrio ácido-básico en la sangre y sostiene el proceso infeccioso en progreso.
Se trae fuego caliente y Rojo por ambos nadis con el mantra RAM. Cuando se haga a la inversa, se nota si la fosa tupida está abierta.
Si la apertura de la fosa tupida no toma lugar o dura poco, es señal de que el proceso infeccioso no es superficial, y al ser profundo, es más serio.
Si la Opción 2 no logra abrir la fosa tupida, entonces se pasa a la Opción 3.
Opción 3:
Se fuerza a abrir la fosa izquierda tupida acostándose del costado derecho del cuerpo.
La posición tiene que poner presión sobre el costado derecho. Uno se acuesta totalmente, no un poco, del lado derecho y pone las piernas y manos como en la posición del dragón (lado del hígado), en las Yogas del Sueño.
Pierna derecha casi estirada y pierna izquierda ligeramente plegada para no girarse ni de espaldas, ni en dirección al vientre.
Brazo derecho plegado con la mano en el costado derecho de la cara o bajo la almohada.